sábado, 12 de noviembre de 2011

LA PEDAGOGIA LIBERADORA


Introducción
Desde hace años  se  viene hablando de un proyecto  pedagógico  alternativo o sencillamente de una pedagogía alternativa, entendiendo lo alterno en sentido progresista;  sin embargo,  en no pocos casos,  se  ha continuado  con  prácticas bastante tradicionalistas, las cuales no acercan a la formación de un hombre nuevo sino que reproducen lo que el régimen existente quiere.
A lo largo de toda la historia, muchos han sido los autores que han favorecido el progreso y el avance de la ciencia educativa, a través de su participación y propuestas en los procesos de enseñanza – aprendizaje. Han fortalecido la reflexión y la praxis educativa, proponiendo sistemas teóricos y prácticos, procedimientos y estrategias, métodos y fines, que han marcado distintos caminos en la propuesta educativa. Estas son consideradas por Contreras et al, (1996) como: "Los campos, corrientes o discursos que expresan, líneas de fuerza en el pensamiento y/o en la práctica educativa". Estas "corrientes" describen, explican, conducen y permiten la comprensión de lo pedagógico ante las exigencias del contexto y pasan a ser referentes que modifican los contextos sociales y pedagógicos de la escuela y las líneas de discurso o de la práctica en que se definen diversas pedagogías.
El presente trabajo de investigación tiene como finalidad abordar los principales fundamentos de  una de unas de las corrientes pedagógicas contemporáneas mas importante, la de Paulo Freire, la cual tiene por objeto lograr que emerja la conciencia del individuo y que participe en la transformación de  su entorno inmediato, así como  en  la  regional  y  nacional  e incluso a nivel mundial.
LA PEDAGOGIA LIBERADORA
La pedagogía liberadora, desarrollada a partir de los años 60 por Paulo  Freire  es uno de los enfoques que más ha influido  en  el   abordaje  concreto  de  los problemas educativos  de  los  grupos  populares en América Latina y el Caribe.
La  década del 60 constituyó un momento importante en la vida  de Freire,  dado por las transformaciones económicas del  país,  las que  a  su  vez provocaron aumento en las  tensiones  sociales  y   culturales   y   toda  una  serie  de  expresiones   sociales de resistencia y oposición.
Fue  precisamente  este contexto de  movimientos  ideológicamente diversos  lo  que llevó  a Freire a  su  teoría  basada  en  una educación  liberadora,  que permitiera un contacto directo  entre el educando y el medio ambiente.
La pedagogía liberadora sienta las bases de  una nueva   pedagogía  en  oposición a la  tradicional;  a  través  de técnicas  para  la enseñanza de la lectura y la escritura  a  los adultos  busca  la reflexión y el cambio de  las  relaciones del individuo  con  la  naturaleza y con  la  sociedad;  el  objetivo esencial de la educación es liberar a la persona, no uniformarla ni someterla como se ha hecho tradicionalmente por el sistema de instrucción oficial.
La pedagogía de Freire es, una "pedagogía  del oprimido";  no postula por lo tanto modelos   de  adaptación,  de transición  ni  de  modernidad de la sociedad,  sino  modelos  de ruptura,  de cambio, de transformación total.
MÉTODO DE ALFABETIZACIÓN
La metodología de Freire surgió en 1961 y está determinada por la relación  dialéctica entre epistemología, teoría y  técnicas.  Se basa  en que sí la práctica social es la base del  conocimiento, también  a  partir  de  la  práctica  social  se  constituye   la metodología, unidad dialéctica que permite regresar a la misma práctica y transformarla.
El   método   de  alfabetización  creado   por   Freire   permite alfabetizar adultos en un plazo de  tiempo más o menos corto,  40 hr. aproximadamente. Tiene como finalidad principal hacer posible que  el  adulto aprenda a  "leer" y "escribir" su  historia  y  su cultura, su modo de explotación, que pueda  conquistar el  derecho a expresarse y decidir su vida.
Freire  hace  énfasis  en que su metodología no  es  referida  al   hombre,   sino  a  su pensamiento lenguaje,  a  los  niveles   de percepción  de la realidad que lo rodea, y lo aplica tanto en  la  alfabetización  como  en la posalfabetización,  a  partir  de  las "palabras generadoras" y los "temas generadores" respectivamente.
La   utilización   del  diálogo  como  método  que   permite   la comunicación entre los educandos y  entre éstos y el educador  se identifica como una relación horizontal de A más B, en  oposición del  antidiálogo  como método de la  enseñanza   tradicional  que implica   una  relación vertical de A sobre B.  Sobre  esta  base propone la educación dialógica como la forma de desarrollar  una pedagogía  de comunicación que facilite dialogar con "alguien"  y sobre "algo".
Precisamente  el "algo" es el programa  educacional  que  propone, con  situaciones concretas  de  la  vida  del  pueblo,  lo   que  posibilita  que  el   analfabeto  llegue  al aprendizaje  de  la escritura  y la lectura, para introducirse en  el  mundo  de  la comunicación,  actuar  como sujeto y no como  objeto  pasivo  que  recepciona  lo  que impone  el educador, y dar  paso  así  a  la transformación.
La obtención, de los vocablos o palabras generadoras y la  acción  práctica del método de alfabetización consta de varias fases:
Primera  fase. Obtención del universo vocabular  de los grupos  en los cuales se trabajará.
Se trata de no  dar  al   analfabeto palabras elaboradas por los educadores, sino  palabras y frases que surjan de su esfuerzo creador, es  decir,   la formación de vocablos en la lengua silábica, y que el mismo  haga el juego creador de combinaciones.
Así,  las "palabras generadoras" que resultan, son aquellas,  que descompuestas  en sus  elementos silábicos,  propician,  por  la combinación de esos elementos, la creación de nuevas palabras.
Segundo  fase.  Consiste en la selección del  universo  vocabular estudiado, teniendo en cuenta tres criterios fundamentales
  La riqueza fonética.
  Las  dificultades fonéticas (colocadas en secuencias que van gradualmente de las dificultades  menores a los mayores).
  Tenor pragmático de la palabra, que implica mayor  compromiso de la palabra con la realidad social, cultural y política.
Tercera  fase. Implica la creación de  situaciones  existenciales típicas   del  grupo  con el  cual  se  trabajará   mediante   la presentación  de situaciones problemas codificadas, es decir,  la representación  de las palabras en determinado  contexto, ya sea  pintadas   o fotografiadas,  las  cuales  serán   debatidas   o decodificadas por los alfabetizandos.
En las situaciones se van colocando las palabras generadoras,  en grados  según  sus dificultades  fonéticas.  Una  palabra  puede incluir  la  totalidad de la situación o referirse a uno  de  sus elementos.
Cuarta  fase. Consiste en la elaboración de fichas en las  cuales se  apoyarán  los coordinadores o educadores  para  ejecutar  el   trabajo.  Tienen  como característica especial  que  servirán  de  punto de apoyo; no constituyen una orientación rígida a seguir.
Quinta   fase.   Preparación  de  fichas  o   carteles   con   la  descomposición de las familias fonéticas  que corresponden a  los  vocablos  generadores y que propicia el diálogo entre educador  y alfabetizando,   con  lo  que  se  puede  iniciar  la   ejecución práctica.
En  la  ejecución  práctica  se inicia el debate a  partir  de  la presentación  de  la situación, es decir, la  decodificación,  el educador  lleva  a los sujetos a la visualización de  la  palabra  generadora estableciendo su vínculo semántico con el objeto a que se refiere y que esta representando en la  situación  observada.  Seguidamente  se presenta  sólo la palabra,  luego  separada  en  sílabas  y  posteriormente  se pasa a  la visualización  de  las   familias   fonéticas  que  componen la palabra   de  estudio,  es decir, la consonante de cada sílaba con cada una de las vocales.
Después  del  conocimiento  de  cada  familia  fonética  se  hacen   ejercicios  de lectura para la fijación de  las  sílabas  nuevas basadas  en una lectura horizontal y vertical donde  se  destacan las vocales.
A  partir de este paso el grupo comienza a  "crear"  palabras  con las combinaciones posibles de sílabas, y de ahí a la formación de palabras  tomando  como punto de partida una vocal y uno  de  las sílabas  a la que unen otra sílaba para formar una palabra nueva.
Este  ejercicio  se realiza primero oralmente y  en  esa  primera sesión  de  trabajo los alfabetizados comienzan  ya  a  escribir, sobre    la   base  del  descubrimiento  del mecanismo   de   las  combinaciones fonémicas.
MÉTODO PEDAGÓGICO EN LA ACCIÓN SOCIOEDUCATIVA DE LA POBLACIÓN
En  cuanto  a la obtención de los temas generadores parte  de  la convicción de que el educador no debe presentar su programa, sino que debe buscarlo dialógicamente, es decir, en franca amistad con el pueblo, con los sujetos con los cuales interactuará.
Considera primeramente la "unidad epocal" como el conjunto de las ideas,  esperanzas, dudas,  valores,  desafíos  en   interacción dialéctico  con  sus  contrarios en búsqueda de  la  plenitud  y puntualiza  que la representación concreta de cada uno de  dichos conjuntos constituyen "los temas de la época", que no pueden  ser vistos  como aislados sino en relación dialéctica con los  otros, sus   opuestos.  Los  hombres  toman frente  a  ellos,   también posiciones  contradictorias, unos en  favor del mantenimiento de la estructura, y otros en favor del cambio.
Los  temas de la época pueden ser vistos como  de  carácter universal  (continentales, regionales,  nacionales),  se  pueden focalizar   en  el tema de un mismo continente  o de  continentes distintos con similitudes históricas. Pueden referirse a temas  de  una sociedad hasta llegar al tema  nacional  donde   se localizan  los  generadores que se encuentran  contenidos  en  el "universo  temático"  mínimo  a los que  se  llega mediante  una   metodología concientizadora.
Estos temas se denominan "generadores, porque cualquiera que sea la naturaleza  de su  comprensión  como  de  la  acción   por  ellos provocados contienen en sí la posibilidad de desdoblarse en otros tantos que, a su vez, provocan nuevas tareas que deban  ser cumplidas.
Para  llegar  a  la  determinación de  los  temas  generadores  y proponer  el contenido programático (programas),  Freire  plantea dos   posibilidades,   una   a   partir   de   la investigación interdisciplinaria y otra a  partir de un mínimo de  conocimientos de la realidad .
La primera consta de tres etapas:
Primera  etapa.  Tiene como objetivo apropiarse  de   los  núcleos centrales   de contradicción  para   organizar   el   contenido  programático de la acción  educativa.
Para ello se debe obtener, por parte del grupo interdisciplinario de  investigadores,  un número  significativo  de  personas   que acepten tener una conversación con ellos asegurando una  relación de  simpatía  y  confianza mutua, y determinar  entre  ellos los sujetos  que trabajarán como auxiliares los   cuales  recolectarán las informaciones sobre la vida en el área.
Investigadores y auxiliares hacen visitas (en distintos  momentos  y  sin ser anunciados) y  mediante observaciones o utilizando  el diálogo  irán  registrando el quehacer de los hombres  del  área, comportamiento,  lenguaje, sintaxis, no solo en el trabajo  sino también en el hogar y en horas de  recreación.
Un  segundo momento de la etapa es la discusión de  los  informes elaborados por los investigadores que realizaron la observación.
Se analizan las contradicciones halladas las cuales se encuentran envolviendo temas generadores y apuntando tareas.
Segunda  etapa. El equipo de investigadores  escogerá  algunas  de las contradicciones con las que se elaborarán las  codificaciones o  representaciones  de las situaciones, sobre  las  cuales   los educandos, como sujetos cognoscentes, realizarán  sus reflexiones críticas.  Estas codificaciones además de pintadas o fotografiadas pueden ser presentadas oralmente en pocas palabras.
Las codificaciones deben reunir las siguientes  condiciones:
  Ser situaciones conocidas por los individuos a los cuales  se les aplicará.
  Que  el  núcleo  temático  no  sea  demasiado  explícito  ni demasiado enigmático.
  Deben  ser  simples  en  su  complejidad,   que   aparezcan posibilidades  múltiples de  análisis  (propiciar  el  abanico temático).
  Los elementos componentes de la situación deben  encontrarse en interacción, en la composición de la totalidad.
  Que presenten en lo posible contradicciones  "inclusivas"  de otras  que constituyen el sistema de contradicciones  del  área  de estudio.
Tercera    etapa.    Consiste   en    comenzar    los    diálogos  "decodificadores"  en los círculos de investigación temática,  es decir, ejecutar las reflexiones críticas de las contradicciones, en   grupos constituidos por 20 participantes. Estas   reflexiones son grabadas para su análisis ulterior, intervienen  también  en este  proceso un psicólogo y un sociólogo, que tienen como  tarea  registrar  las  reacciones  más  significativas  de los  sujetos   decodificadores  e  incluso  algunos  participantes  del   pueblo    realizan el  análisis  de las grabaciones  con  el   objetivo  de rectificar y ratificar las interpretaciones hechas.
Esta  etapa de trabajo permite a  los investigadores  realizar  la delimitación temática para organizar el contenido programático de la acción educativa como acción cultural liberadora.
A  continuación  cada especialista presenta en   el  colectivo  el proyecto  de "reducción" de su tema, este  proceso  consiste  en buscar  los  núcleos fundamentales que constituirán  unidades  de aprendizaje con relaciones y secuencias entre las mismas.
En  el  colectivo  también se analiza  la  necesidad  de  incluir   algunos  temas fundamentales, "temas bisagras",  aún  cuando  no hayan   sido  sugeridos  por  los participantes;   por   haberse comprobado  la  necesidad de abordarlos. La  inclusión de  estos temas  se   justifica por la necesidad de establecer  el  vínculo entre  dos temas en el conjunto de la  unidad  programática,  o porque  encierran  en  sí las relaciones a ser percibidas  en  el contenido  general de la programación y la visión del mundo  que esté teniendo el pueblo.
Le sigue a la reducción de los temas, la codificación, es  decir,  escoger  el  mejor canal  para  representar  la  situación.  Las representaciones  se pueden hacer llegar a los  participantes  ya sea   por   canales  simples: visual   (fotografías,   pinturas, gráficos),  táctil, auditivo, o por canales compuestos,  aquellos en que se combinan los simples.
La elección del canal está determinada no sólo por el contenido  a codificar sino también por  las características de los  sujetos a  los  cuales  se  dirige, fundamentalmente,  si  tienen  o   no  experiencia  en la lectura, ya que la codificación se  plasma  en materiales   didácticos:   fotografías,   diapositivas,   filmes, carteles, textos de lectura, incluso, dramatizaciones y  lectura de   artículos  de  revistas y periódicos, este  último  de  forma   comparativa, es decir, que  analicen como se manifiestan en formas diferentes los diarios que tratan un mismo hecho, con el objetivo de  que los participantes, al leer o escuchar una noticia, no  lo hagan de forma pasiva sino conscientes que necesitan liberarse.
Culminada esta etapa, los educadores ya tienen la posibilidad  de aplicarlas al pueblo, como problemas que han surgido de él y  que vuelven a él, problemas que los sujetos deben descifrar y no como receptores de contenidos impuestos.
Ya  en  la  ejecución  en la base, al grupo  se  le  presenta  el programa general, donde los sujetos no se sentirán como  extraños y se les aplicará la presencia de los "temas bisagra".
La  otra  forma de llegar a los "temas   generadores",  cuando  se carece  de  los recursos para que  el  grupo  interdisciplinario actúe, es a partir de un mínimo de conocimientos de la  realidad. Los    educadores   pueden   escoger   algunos   temas básicos introductorios, los  cuales  comienzan  a   aplicar,  basando fundamentalmente el análisis en el debate de algún concepto,  que se   refiere  a  otros   aspectos de  la realidad,  que  implican también  otros temas. Este es el caso del concepto de "cultura"; el debate de este término los va llevando a  otros temas.
Lo anterior puede a su vez ser ayudado por la solicitud de  temas o asuntos que los participantes quieran discutir. De cada una   de las propuestas el educador trata de hacer una problematización  y  de ahí es posible que surjan nuevos temas.
Los  temas  que surjan, se discutirán en el  colectivo  de  donde resultará  el material temático a "codificar", para ser  empleado en las discusiones con los educandos.
Freire  plantea  que  en cualquiera de los  casos  el  hombre  se   siente  sujeto de su pensar, puede discutir su pensar, su  propia visión  del mundo manifestada implícita o explícitamente, en  sus sugerencias   o en la de los compañeros, obtenidas dialógicamente con el pueblo.
La  pedagogía  de  Paulo  Freire   estuvo  asociada  en   diversos  momentos  al movimiento de la "nueva  escuela" a la que  calificó de  tener  mucho de bueno, por los elementos  comunes  que  entre ellos  existían, tales como el cuestionamiento  al autoritarismo pedagógico,  la  estrecha relación entre teoría  y  práctica,  el valor  de la experiencia y la propuesta de un método   pedagógico activo  que estimule la participación creativa y la  expresividad  de los educandos. Ha estado asimismo en contradicción expresa con la    enseñanza  bancaria  a la que ha  criticado,  no  la clase expositiva,   sino   justamente  la  relación   educador-educando, donde  el maestro   se  considera  el  exclusivo  educador   del educando,  donde  se  transfiere el conocimiento al  alumno,   sin tener en cuenta que éste puede ser portador de conocimientos para el educador.
Al referirse al diálogo educador-educando, Freire no supone situar al mismo nivel en el proceso educativo a ambos, ni supone que el educador sea simplemente uno más e igual a los educandos en el proceso de  aprendizaje, “cuando consideramos la alfabetización de adultos o la educación en  general, como un acto de conocimiento, estamos abogando por una síntesis entre el conocimiento del educador sistematizado al máximo y el conocimiento del alumno sistematizado al mínimo, una síntesis llevada a cabo por medio del diálogo”, (Gutierrez,1982).
El educador tiene como prioridad ayudar al alumno a lograr un punto de vista cada vez más crítico de su realidad, con la alta responsabilidad que este acto requiere, al mismo tiempo reconoce el aprendizaje de ambos en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Freire plantea que no se concibe una educación, una práctica educativa sin objetivos ya que siempre ésta es intencional, nunca neutral, con lo que reafirma “que no haya práctica educativa que no sea directiva” rechazando así la no directividad. Considera la directividad en la práctica educativa en términos de democratización y respeto no como manipulación.
En cuanto a los contenidos, Freire desde su propuesta sobre la alfabetización, plantea no imponer los contenidos temáticos a los  estudiantes sino que las situaciones problemáticas se elaboren a partir de los vocablos más ligados a la experiencia de los sujetos, esas palabras o frases son obtenidas mediante encuentros con los analfabetos en distintos momentos de la vida cotidiana.
Para Freire el profesor progresista jamás separa el contenido de los métodos, de igual forma plantea que no se puede entender la práctica educativa solamente a partir del maestro, solamente a partir del alumno, a partir del contexto,  del contenido, de los métodos porque considera que la práctica  educativa es una totalidad, “un profesor progresista coherente con un discurso se preocupa de la totalidad de la práctica educativa e intenta descubrir los momentos parciales que componen la totalidad de la práctica educativa” (Gutierrez,1982).
En los últimos años de la década del 80, Freire comienza a hablar de  la  pedagogía de la pregunta para referirse  a  la  educación  liberadora o lo que es igual, a la educación problematizadora,  a la  concientización. Se refiere a la educación  autoritaria  como Pedagogía de la Respuesta (educación bancaria) donde el  profesor autoritario teme más de las respuestas que a las preguntas.
La  educación liberadora de Freire se nutre de la pregunta,  como desafío   constante a   la  creatividad   y   al    riesgo   del descubrimiento;  por  lo  que  la  educación liberadora  es   la Pedagogía de la Pregunta y su método, el diálogo.
Entre  los  trabajos  de Freire se destacan:  La  educación  como práctica  de  la libertad (1969) y  La  pedagogía  del  oprimido (1970),  obras  en  las que se  expresa claramente  la  posición comprometida  del  autor; sin embargo, está ausente  el  reconocimiento  de la lucha de  clases:  concibe  la   transformación del  individuo  y  del  grupo,  pero   no  plantea seriamente las vías  para la transformación social. En efecto, en la  autocrítica  de sus trabajos hace un  análisis exhaustivo  y reconoce en sus primeras obras, fundamentalmente en la primera de las señaladas anteriormente, la ingenuidad, la subjetividad y  la falta de la claridad político- ideológica, resalta el hecho  de no haber  reconocido la lucha de clases y la dimensión   político-ideológica de la educación; concretamente expresa no haber tomado esos  polos -conocimiento de la realidad y transformación  de  la  realidad- en su carácter dialéctico (Gutierrez,1987).
El   método   de  alfabetización  concebido   por   Freire   tuvo resultados  satisfactorios en  esa  esfera.  Un  ejemplo  de  su  aplicación  en Africa fue la experiencia realizada en Sao Tome  y Príncipe,  como  acto  de enseñar y aprender  su  historia  y  su cultura.
Además   ejerció  influencia  en  trabajos  pedagógicos experimentales de la Universidad de Massachussetts y en el Centro de  Investigación y Desarrollo de la Educación (CIDE)  en  Chile, donde  se  hicieron proyectos basados en la toma  de conciencia, estimulada   mediante el planteo  de  situaciones en   juegos colectivos  de diversas  características. A partir  de  la  base epistemológica  de  la  Pedagogía de la Pregunta  de  Freire  se realizó un trabajo experimental con estudiantes de la Universidad Nacional  Autónoma  de  México   (UNAM),  lo  que  comprendió  dos prácticas  concretas,  una   realizada  entre  1978  y  1983   con estudiantes  de Psicología de la Escuela  Nacional  de   Estudios Profesionales;  la  segunda fue realizada entre 1978 y  1988  con estudiantes  de Pedagogía de la Facultad de Filosofía  y  Letras. Esta experiencia dominada por su autor como una  reinterpretación y recreación del pensamiento freireano.
Su influencia en programas no formales de educación de adultos en América Latina y el Caribe y en general en países de  desarrollo,  es  muy  amplia.  En 1974, el Instituto Internacional  para  los  Métodos  de  Alfabetización de Adultos de la  UNESCO  publicó un número especial dedicado al  pensamiento de Freire. De este autor se ha afirmado que: "...incidió en el desarrollo de un  verdadero movimiento de educación popular con múltiples vertientes, que  ha revolucionado  la  mentalidad  y  también  la  práctica  de las  pedagogías   latinoamericanas   vinculadas  con   los   intereses   populares" (Monclus,1988).
La pedagogía liberadora de Freire contiene una serie de ideas con posibilidad de ser incorporadas a todo proyecto educativo que proponga el desarrollo  humano.  Son interesantes   en   este sentido,   la  relación  que  establece  entre  el   proceso   de concientización  y diálogo educador-educando;  entre  comprensión crítica   y   acción transformadora.   Asimismo,   el   carácter esencialmente   transformador que reconoce en la actividad humana señala  el  rasgo fundamental que  han de tener las  acciones de aprendizaje del educando.
Resultan a su vez viables los procedimientos que propone para  la determinación  de los  contenidos  programáticos  y  el   propio fundamento que se encuentra en la base de esta búsqueda: vincular los contenidos  con las realidades sociales y con los intereses  y  necesidades de los educandos.
CONCLUSIÓN
Si trabajáramos y nos apropiáramos de las propuestas de Freire, sin duda encontraremos el camino para avanzar en el sentido liberador e incluso para cambiar muchas costumbres negativas dentro de nuestro sistema educativo.
Nuestras instituciones educativas  necesitan  no tanto personas que hablen de pedagogía  liberadora sino de docentes que se comprometan de verdad a actuar en este sentido. Hay que estimular de alguna manera a quienes se comprometen con el cambio y conviene impulsar intercambios de experiencias, en donde cada quien cuente sus intentos liberadores, sus prácticas liberadoras, pues además de sentirnos acompañados, necesitamos educarnos en comunidad.
Muy acertadamente Freire nos decía que, “nadie se libera solo”, es decir ninguno de nuestros países se libera solo sino todos se liberan juntos.
BIBLIOGRAFÍA
Contreras, J. et al. (1996). ¿Existen hoy Tendencias Educativas?. Revista Cuadernos de Pedagogía, 253. 8-11.
Gutiérrez,  G. (1987). Investigación y toma  de  decisiones  en  educación  en  América Latina  y  el  Caribe: Centro   de  Investigación  y Desarrollo de la Educación. Santiago de Chile.
Gutierrez, M. (1982). Paulo Freire: Bases para  una pedagogía  popular en: Perspectivas Pedagógicas. Barcelona.
Monclus, A. (1988). Pedagogía de la Contradicción. Paulo Freire. España. Editorial Anthropos.
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CRISIS DE VALORES

CRISIS DE VALORES

En una sociedad corrompida moralmente por la violencia, deshonestidad, irresponsabilidad, robos, desintegración familiar, divorcios, abortos cuyos protagonistas son personas jóvenes en  su mayoría; en donde se fomenta el individualismo y poca participación de la comunidad en los problemas sociales, niños abandonados por sus padres, hogares disfuncionales en donde la familia ideal debería estar conformada por ( padre, madre, hermanos, abuelos, tíos, primos) en su mayoría no existe y la realidad es que los hogares  sobre todo en las  clases populares están constituidos de diversas maneras, matrimonios, madre soltera, padre-hijos; La pregunta seria que valores estamos fomentando? Múltiples libros hablan de los valores y la corresponsabilidad de transmitirlos; se menciona que la educación no es un proceso solamente escolar se requiere, un cambio real de conducta para moldear los valores de niños, jóvenes y adultos. Los cambios socioculturales han sido muy acelerados gracias a los avances en la ciencia y tecnología, se esta presentando en nuestra sociedad una crisis de valores, como muchos autores le llaman, esto se presenta sobre todo en poblaciones generalmente jóvenes ya que son las mas vulnerables y no encuentran un modo de integración en el sistema social y que ha  traído como consecuencia cambios políticos, económicos, educativos y sociales creando incertidumbres e inestabilidades sobre todo en la familia como estructura social; este cambio se da con mayor fuerza en la segunda mitad del siglo XX. A partir de toda esta problemática tenemos que plantearnos que rol juega en todo esto la familia? La familia cumple un rol muy importante; es precisamente en ella donde el individuo moldea toda la estructura moral que regirá su conducta y su vida.  La familia es el núcleo de la sociedad que nos permite ver reflejada la sociedad misma, como por ejemplo; entre los hijos existen características diferentes, y con alguno nos identificamos, mas sin embargo a todos los queremos igual independientemente de esa identificación. Cuando su integración es positiva, dentro de ellas se generan los valores más íntimos del espíritu: amor, bondad, y toda una serie de expresiones éticas y de felicidad personal; pero si no sucede así y sucede lo contrario la familia viene siendo el centro de sufrimiento y malestar más grande del hombre. Los miembros de una familia tienden a  parecerse, no sólo fenotípicamente sino conductualmente, y es por eso el énfasis que hago en el rol tan importante de la familia y por lo cual el proceso educativo y formativo de la familia debe ser estimulado y protegido por la sociedad. Hoy más que nunca se deben diseñar estrategias educativas que tiendan a conservar y formar valores. Definitivamente, la educación no podrá resolver completamente los problemas presentes y futuros por sí sola, sino a través del trabajo conjunto de todos los actores sociales involucrados.